Monday, June 15, 2009

50-50

Enero 1921

- Acércense, ¡acércense todos! Es una oportunidad única en la vida y quizás será la más apremiante. Nadie les dará esta oportunidad jamás, ni siquiera en sus más increíbles sueños se han imaginado este momento. ¡No volverán a ver su vida de igual forma, eso es una garantía!

- ¿De qué crees que esté hablando?

- ¿Será una lotería?

- Mi nombre es Anthony Egan y he venido a cambiar sus vidas.

- Señor Egan, ¿Exactamente de qué está hablando?

- Es un sorteo, tengo todos los nombres de los habitantes del pueblo en mi poder, así que no hay que tomarse la molestia de registrarse. ¡Tampoco tienen que pagar un solo centavo para entrar!

- ¡Oh vaya!

El pueblo de Nueva Essex se acercó a Anthony, cada vez con mayor curiosidad por lo que estaría a punto de suceder.

- ¿Qué es lo que podemos ganar señor Egan?

- Es lo más precioso que existe, y una vez que lo hayan ganado, lo atesoraran más que nada.

- ¿Pero qué es?

- Primero deben prometerme que todo el pueblo adulto entrará al sorteo.

Y así, la participación de la población adulta de Nueva Essex se sometió a votación. El resultado fue unánime, el sorteo estaría por comenzar.

Es curioso ver cuando las personas quieren obtener bienes de manera gratuita. Las sociedades desean el no tener que hacer nada para ganar un premio y sin embargo castigan a aquellos que lo logran. El ganar alguna lotería es la salida fácil para el mediocre, irónicamente el ladrón es más refinado al realizar su faena, es decir, al menos requiere algo de trabajo.

-Síganme.

Doscientos doce personas se dirigieron al foro del pueblo, un lugar en donde cada Mayo se celebraba el festival de las luces – el resto del tiempo albergaba a uno que otro vagabundo. Usualmente no se veía tanta gente en Enero.

- Dividiré arbitrariamente los papeles con sus nombres en dos urnas, la primera contendrá a la mitad de los ganadores, la segunda a la de los perdedores.

Hubo bullicio y emoción, ya que las probabilidades de ganar eran mucho mayores. 50-50.

-¿Está listo para decirnos de que se trata todo esto?

-En un momento. Primero sacaré el papel con el primer ganador.

Egan metió su mano en la urna, la revolvió y sacó un trozo de papel quemado. – Edward Langley.

Edward Langley era maestro de escuela, había dado clases por casi 25 años. Subió al escenario del foro, estrechó la mano de Egan con una visible sonrisa en el rostro.

-¿Qué he ganado?

-Por favor, saca un papel de la urna de los perdedores.

Langley, ahora sospechando de la naturaleza del concurso, miró al público que exhortaba al maestro a elegir un perdedor.

- El perdedor es Henry Lloyd.

Egan sonrió - ¿Puede Henry Lloyd ser tan amable de subir al escenario?

Lloyd subió, saludó a su antiguo maestro. – Parece que ya no ganaré lo que sea por lo que estemos concursando. Ya díganos de que se trata.

Egan se aclaró la garganta - Hace algunos años, tuve la extraña fortuna de quedarme varado en Nueva Essex después de un largo viaje. Al llegar aquí, fui despojado de mis pertenencias, reporté el incidente, pero nadie me hizo caso. Aparentemente nadie escucha al necesitado. Pero ahora, que vengo yo a ofrecerles algo que quizás necesitan, doscientas doce personas escuchan mi llamado, sin excepción. Aquella vez tuve que robar para sobrevivir en un pueblo desconocido, y fui castigado por ello. Vengo aquí a enseñarles una lección.

Egan sacó una pistola y le disparó a Lloyd en la cabeza. Cayó muerto al instante.

El pueblo gritó, algunos sacaron sus armas, otros cuantos corrieron aterrorizados. Egan gritó, - ¿Saben dónde dejaron a sus hijos? En su avaricia los han dejado abandonados y créanme, si ya tengo recopilados todos sus nombres, es probable que ya haya estudiado este pueblo. Si quieren que ellos sigan con vida, continuarán jugando este juego. Ustedes firmaron esa cláusula. Si se atreven a dispararme, sus hijos también morirán - No estoy solo en este lugar. Y quien sabe, cada uno de ustedes tiene la mitad de probabilidad de seguir vivo, seguro así no les suena tan mal.